Esto de vivir en España es lo que tiene, en un lapso fugaz hemos pasado de una película de 007 en versión de tercera división, con Esperanza Aguirre simultaneando los papeles de “M” y “Moneypenny”, a algo tan nuestro como el patio de Monipodio. Es cierto que la globalización es imparable y, como consecuencia, con el ejemplo de Zara por bandera, los ilustres “Correete y Bigotillo” han expandido su negocio abriendo sucursales por todo el territorio nacional.
Observamos con asombro como los calabozos de la Audiencia Nacional están tan desbordados que han colocado el cartel de “Aforo Completo, disculpen las molestias”. Por cierto, hablando de aforo, ahora resulta, ahora comentan los que saben de esto que debe haber por medio algunos Aforados y el humilde ciudadano, desconcertado, se pregunta en qué consiste esa figura que tanto se nombra estos días, Aforado. Tratemos de aclararlo:
Partamos de la indefinición del término en sí porque, desde siempre, en “El Foro” (Madrid) hemos entendido “aforar” como pagar (Ej.: Se ha roto el ascensor y nos ha tocado aforar 300 eurazos); lógicamente, si aforar es pagar, el aforador sería el pagador y el aforado el pagado (¡coño! Esto empieza a cuadrar).
Por otro lado también se entiende por aforado a cualquier persona que se acoge a un fuero, entendiéndose éste como una serie de derechos y privilegios adquiridos en base a una determinada circunstancia, como la de ser miembro de una Cámara de Representación (dejemos de lado el Fuero de los Españoles y similares porque eran otra cosa ¿verdad?) y para ser procesados y juzgados es necesario que la instrucción la realice el tribunal más alto de su ámbito de representación y luego su propia cámara conceda un suplicatorio para eliminar su condición de aforado, es decir, quedarían desaforados; nada extraño por otra parte si tenemos en cuenta que, normalmente, llevan un tren de vida también desaforado (¡joder qué lío!).
Sea como fuere (que no fuero), si la madeja se sigue liando, creciendo el número y la importancia de los implicados y el asunto pasa a manos del Tribunal Supremo; no es descartable que la Guardia Civil plantee la creación de una línea regular de autobuses que una Las Salesas con Alcalá-Meco.
Y decían que Julio Verne fue un adelantado a su tiempo, el que era una máquina fue Cervantes,
Observamos con asombro como los calabozos de la Audiencia Nacional están tan desbordados que han colocado el cartel de “Aforo Completo, disculpen las molestias”. Por cierto, hablando de aforo, ahora resulta, ahora comentan los que saben de esto que debe haber por medio algunos Aforados y el humilde ciudadano, desconcertado, se pregunta en qué consiste esa figura que tanto se nombra estos días, Aforado. Tratemos de aclararlo:
Partamos de la indefinición del término en sí porque, desde siempre, en “El Foro” (Madrid) hemos entendido “aforar” como pagar (Ej.: Se ha roto el ascensor y nos ha tocado aforar 300 eurazos); lógicamente, si aforar es pagar, el aforador sería el pagador y el aforado el pagado (¡coño! Esto empieza a cuadrar).
Por otro lado también se entiende por aforado a cualquier persona que se acoge a un fuero, entendiéndose éste como una serie de derechos y privilegios adquiridos en base a una determinada circunstancia, como la de ser miembro de una Cámara de Representación (dejemos de lado el Fuero de los Españoles y similares porque eran otra cosa ¿verdad?) y para ser procesados y juzgados es necesario que la instrucción la realice el tribunal más alto de su ámbito de representación y luego su propia cámara conceda un suplicatorio para eliminar su condición de aforado, es decir, quedarían desaforados; nada extraño por otra parte si tenemos en cuenta que, normalmente, llevan un tren de vida también desaforado (¡joder qué lío!).
Sea como fuere (que no fuero), si la madeja se sigue liando, creciendo el número y la importancia de los implicados y el asunto pasa a manos del Tribunal Supremo; no es descartable que la Guardia Civil plantee la creación de una línea regular de autobuses que una Las Salesas con Alcalá-Meco.
Y decían que Julio Verne fue un adelantado a su tiempo, el que era una máquina fue Cervantes,
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