domingo, 13 de julio de 2008

¡¡¡ POR FIN !!!



NOS VOLVEMOS A ENCONTRAR EL 15 DE AGOSTO.

Desde mi tranquilo y placentero retiro no puedo sustraerme a constatar un hecho:

Triqui Beltrán, positivo por EPO en el Tour de Francia
Manuel Dueñas, positivo por EPO en el Tour de Francia
El equipo español Saunier Duval se retira del Tour tras el positivo por EPO de su corredor estrella.

YA SE VA NOTANDO LA MANO DEL NUEVO SUBDIRECTOR DE LA AGENCIA ANTIDOPAJE.

Me vuelvo a la playa

PASADLO BIEN

sábado, 5 de julio de 2008

NOVELA NEGRA EN GETAFE




CAPÍTULO 3: De desencuentro en desencuentro

En un apartado rincón del aparcamiento del Club Mississipi, Emilio dormitaba en el asiento del conductor cuando sonó su teléfono. Sobresaltado, acertó a sacarlo del bolsillo interior de su chaqueta y descolgó con fastidio.

- Mmmm, dígame

- Emilio, soy Dani ¿Te he pillado durmiendo?

- Tú qué crees, gilipollas, son las seis de la mañana – Con la mirada aún borrosa escudriñó el parking hasta que descubrió, en la otra punta y de pie, junto a un enorme coche negro, una figura que le resultaba familiar.

- Si quieres trabajar ya te puedes ir levantando de la cama, gandul, que tengo un encarguito para ti.

- ¿Y no me lo podías decir más tarde? – Preguntó para ganar tiempo mientras, mentalmente, preparaba la estrategia. – Me acabo de acostar

- Pues te levantas, te das una ducha y a las siete te quiero ver en mi despacho, con traje y corbata ¿eh? No vengas hecho un zarrapastroso que tienes que parecer decente.

- ¿En tu despacho? ¿Todavía no te han cortado la luz?

- Vete a la mierda ...

Un trailer que pasaba por la autopista hizo ostentación de su estruendosa bocina contra un taxi que le acababa de pasar rozando. Dani, al oírlo simultáneamente en el ambiente y por el teléfono, tardó unos segundos en reaccionar, colgó completamente lívido y salió hacia la autopista quemando ruedas. Emilio arrancó su discreto Ibiza blanco maldiciendo al gremio de transportistas y emprendió la persecución consciente de lo inútil del gesto. Cuando llegó al carril de aceleración no había ni rastro del coche de Dani en el horizonte.

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A Charly, lo de madrugar le producía sensaciones contradictorias; por un lado, como persona de orden que era, le parecía que era el modo natural en que un hombre de bien debe empezar el día; sin embargo, tantos años levantándose tarde provocaban que su cuerpo se quejase mediante la torpeza, el atolondramiento y unas ganas atroces de estirarse durante diez minutos. No se podía entretener, tenía una cita a las ocho y había quedado en recoger a su madre a las siete y media, es decir, ella le estaría esperando en la puerta, en perfecto estado de revista, desde las siete. Los viejos ..., ya se sabe.

La madre de Charly tenía una buena porción de suelo en unos desarrollos urbanísticos que se estaban llevando a cabo y, para sacarle la máxima rentabilidad, habían delegado su gestión en una empresa especialista en estas lides. La aparición constante en la prensa del gestor a quien había confiado su patrimonio, le producía una inquietud ya cercana a la ansiedad y, para tranquilizarse o cancelar el contrato, había instado a su hijo a concertar una cita con ese personaje y su abogado. La reunión tendría lugar a las ocho de la mañana en las oficinas de la empresa y no había podido pegar ojo en toda la noche. A las seis y media de la mañana estaba ante el espejo retocando su peinado por cuarta vez.

Cuando estás esperando con impaciencia la gente se mueve muy deprisa y el tiempo muy, muy despacio. Mirada al reloj, las siete menos veinte. Pasan dos camiones de reparto, el que baldea las calles, una patrulla de la policía nacional, otra de la municipal, dos jóvenes haciendo eses entre risas y gritos contenidos. Mirada al reloj, las siete menos cuarto...

A las siete en punto doblaron la esquina los faros del potente todoterreno de su hijo que, ceremonioso, puso el intermitente y paró a su lado.

- Buenos días, madre

- Buenos días, hijo. Ya era hora, te llevo esperando desde las seis y media.

- Habíamos quedado a las siete y media y, como la conozco, he venido treinta minutos antes. No me regañe que tengo sueño.

- Si no me hubieras metido en este lío estaríamos ahora los dos durmiendo a pierna suelta.

- Póngase el cinturón, madre

- No me da la gana, esto de atarnos es cosa de los socialistas

- Me van a multar

- A vosotros nunca os multan, que lo sé yo. Estaría bueno...

- Haga usted lo que le dé la gana - Zanjó Charly la conversación entre la resignación y la condescendencia.

A las ocho y media, en el interior de su coche, Charly estaba desesperado, su madre le gritaba que fueran a la comisaría y él trataba de convencerla que faltar a una cita no es constitutivo de delito.

A 50 metros de la escena, en el interior de su Ibiza blanco, Emilio iba encajando piezas en el puzzle que se iba configurando en su cabeza. Aún faltaban muchas pero algo se perfilaba. Después de dormir unas horas lo vería más claro.

A diez kilómetros de Burgos, en una gasolinera, el pulso de Dani no acertaba a introducir la manguera en la boca del depósito. Necesitaba pensar algo y deprisa pero se sentía incapaz. Necesitaba descansar pero se sentía incapaz. En realidad se sentía un completo incapaz.




(Continuará, quizá, después de las vacaciones)