domingo, 17 de agosto de 2008

NOVELA NEGRA EN GETAFE




Capítulo 4: A perro flaco, le sacas pocas chuletas

Chundaaa, chundaaa, tachunda chunda... El patriótico teléfono móvil de Charly no paraba de sonar. Él lo miraba, veía el nombre de Dani y rechazaba la comunicación. Así una y otra vez hasta que paró al duodécimo intento. Pi, pi, piii, pi, pi, piii… Tiene un mensaje de voz, para escucharlo llame al... Charly sopesaba en su mano el terminal dudando entre estamparlo contra la pared o marcar el número del buzón de voz, finalmente, con gesto de fastidio, pulsó tres teclas, respiró hondo varias veces y acercó el aparato a su oído.

- Charly, soy Dani, perdona por el plantón de esta mañana, venía de viaje y el cabrón del coche me ha dejado tirado en una zona sin cobertura, han tenido que acercarme a una gasolinera para poder llamar a una grúa... Entiendo que estés cabreado, yo estoy que me subo a los árboles, estos putos coches caros se paran con nada que tengan, ya sabes... Te llamo en cuanto llegue. Discúlpame con tu madre.-

Charly desconfiaba como un gato callejero, estaba profundamente enfadado, la excusa era tan manida que apestaba, los rumores que circulaban por la ciudad a la velocidad de la luz no auguraban nada bueno, su madre le había amenazado con desheredarle tras darle un bofetón que le había volado las gafas, se estaba quedando sin batería y sospechaba que un Ibiza blanco con individuo desarrapado en su interior le llevaba siguiendo toda la mañana. Sólo faltaba que se le acercara El Canario a venderle un libro. Y se acercó.

Chundaaa, chundaaa, tachunda, chunda... Charly miró la pantallita con la esperanza de que fuera otra vez Dani, le iba a oír. Mala suerte, era Estefan, el de Móstoles.

- Dime Estefan

- Un momento que le paso con el alcalde... ...Charly ¿Qué tal?

- Bien hombre, aquí, de líos. Como siempre. A qué debo tanto honor

- Tú lo has dicho, líos. Tu amigo me tiene montado tal follón que esto va a estallar y vamos a salir hasta en Los Ecos del Bierzo.

- ¿Qué ha hecho ahora?

- Nada, ese es el problema, tiene enganchadas a quinientas familias que le han dado un montón de pasta y no ha hecho nada, ni construir, ni devolverles el dinero, ni aparecer. Nada de nada.

- Pues poneros a la fila...

- He tenido a la gente sujeta un tiempo pero ya no muevo un dedo, si él no pone de su parte, como comprenderás, nosotros tampoco.

- Si yo te contara. Este chico va a acabar mal.

- Con una beca del Ministerio del Interior en Alcalá-Meco, si no le cogen antes los perjudicados.

- Estoy esperando que me llame, tenía una cita con él esta mañana...

- Tú sabrás lo que haces, no es buena compañía, de todas maneras, si le ves transmítele el aviso pero que no se ponga en contacto conmigo, no quiero tener nada con él.

- Ya te contaré

- Venga, vale, oye, te dejo que tengo gente esperando.- Y sin esperar la respuesta, colgó.

A media tarde, después de deambular con el coche por seis provincias, Dani dobló la esquina de su casa mientras, como solía hacer, pulsaba el mando a distancia de la puerta del garaje. - Mierda, mierda y mierda - Exclamó según iniciaba una maniobra evasiva con un volantazo. Cientos de personas con pancartas, pegatinas y trompetas, que estaban manifestándose a la puerta de su casa, contemplaron con sorpresa como se abría la puerta del garaje y, sin pensarlo dos veces, se precipitaron hacia su interior. No repararon en el vehículo negro que pasó fugazmente a sus espaldas. Al rato, en una maniobra coordinada con precisión militar, salieron discretamente y en orden. Habían aplicado las enseñanzas que recibieron en otras circunstancias en contra del propio instructor y aquello quedó como un erial.

Bajo el título de “Con su propia medicina”, el video estrella del día en You Tube, mostraba una marabunta humana destrozando el interior de algo que parecía un parking: Arañando coches, rompiendo cristales, pinchando ruedas, arrancando fluorescentes, sembrando todas las superficies de pegatinas insultantes y todo con absoluta frialdad, sin un mal gesto.

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