domingo, 15 de marzo de 2009

LO QUE VA DE BLANCA ROSA A CAYO LARA (DEBO ESTAR MAL DE LA CABEZA)




Hay días en los que no queda más remedio que acordarse de la canción de Fito y los Fitipaldis, esa cuya letra reza: No tengo nada que decir. Y no será por falta de temas que tratar sino, quizá, por exceso de ellos; que no es plan de ponerse aquí a escribir una disertación filosófica sobre la nada y su influencia en las reacciones alérgicas del ser humano en el hemisferio norte.

Aprovechando la estupenda mañana que ha hecho y la circunstancia de no ser de los que van a misa, he dado un agradable paseo por el centro de Getafe y, al cruzarme con ciertos vecinos insignes, no he podido evitar acordarme del culebrón: Blanca Rosa y la factura imposible, cuyo exitoso primer capítulo vimos estos días y que amenaza con prolongarse durante algún tiempo más.

Lo que decía, me he cruzado con algún dirigente del Partido Popular (éste si tenía pinta de ir a misa), de los que les gusta un teléfóno móvil más que a un tonto una paja a dos manos y han seguido sin salirme las cuentas según los usos conocidos de una conexión a internet por el sistema 3G, mediante un modem USB (toma tecnicismo) y mira que lo he intentado: Desde mi casa, desde el mismo terminal en el que estoy escribiendo, he conectado en varias páginas de descarga directa (no de intercambio p2p, tipo E-mule) y resulta que 9 de cada 10 son gratuitas y la conexión para particulares Movistar tiene un límite de gasto de 10 € diarios en la tarifa menos ventajosa, es decir, en el peor de los casos 300 € al mes. O sea, en castellano: Lo de la niña no cuela.

Iba yo embebido en esas disquisiciones cuando di con un mercadillo medieval o barroco o churrigueresco o lo que sea y decidí apagar mi teléfono, por un lado por si se ponía a gastar desaforadamente de manera misteriosa hasta dejarme sumido en la ruina más miserable, por otro lado porque en la época medieval o barroca o churrigueresca o la que sea no había esos adelantos y, también, porque ya que estaba por allí, iba a pasar al García Lorca a ver, por primera vez en Getafe, a Cayo Lara.

Y entré. Mi primera sorpresa fue encontrarme el teatro lleno de gente (no le concedía yo tanta capacidad de convocatoria), la segunda sorpresa consistió en ver en la puerta, en el vestíbulo y en el interior un nutrido grupo de jóvenes -y jóvenas- y no sólo el tradicional muestrario de “frutos secos” y por fin, la sorpresa del día: El propio Cayo Lara. Un tío que se coloca en la puerta y va saludando a todos los que entran, uno a uno, con una sonrisa, es un tío raro. Un tío que se sube al escenario y te habla en un idioma que entiende todo el mundo, es un tío raro. Un tío que no cae en la tentación de despotricar demagógicamente con la crisis, dando la consigna fácil e incendiaria para conseguir el aplauso sino que te cuenta las cosas de manera ordenada, coherente y sensata; ofreciendo alternativas y soluciones (financiación incluida) y no sangre fácil. Es, definitivamente, en los tiempos que corren, un tío raro de cojones.

Por cierto, como la dicha nunca puede ser completa, del tema de Blanca Rosa no dijo ni palabra. No se puede tener todo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

EFECTIVAMENTE SEÑOR DOCTOR, EL ACTO DE IU AYER EN GETAFE DONDE INTERVINO CAYO LARA, EL COORDINADOR FEDERAL DE IU FUE IMPRESIONANTE. IU SE HA SITUADO DONDE SE MERECIA ESTAR, CON EL NUEVO COORDINADOR IU ESTA EN SU SITIOI, EN EL DE LA PROPUESTA, EN EL DE LA POLITICA, AL LADO DE LA CLASE OBRERA, EL DE LAS POLITICAS SOCIALES...ETC, EN DEFINITIVA, NUESTRO PERFIL, EL QUE ESTABAMOS PERDIENDO CON ANTERIORES LIDERES. AYER EN EL TEATRO FEDERICO GARCIA LORCA, MUCHOS, YO EL PRIMERO, NOS SENTIMOS MAS RESPONSABLES DE REPRESENTAR A ESTA ORGANIZACIÓN POLITICA, SENTIMOS QUE SOMOS NECESARIOS, QUE LA GENTE NOS ESPERA Y NOS RECLAMA. ESTA MAÑANA, AL LEVANTARME PARA VENIR AL TRABAJO, ME HE SENTIDO COMO HACIA MUCHO TIEMPO QUE NO ME SENTIA, CON LA SENSACIÓN DE QUE TODAVIA TENEMOS ALGO DECIR Y QUE EN ESO ESTARE YO.

Anónimo dijo...

Y dónde estaba Blanca Rosa?

Anónimo dijo...

Ya sé que he salido en el discurso con mis problemas pero, no se lo contéis a Botín que me acaba de hundis en la miseria.