jueves, 21 de febrero de 2008

UN CONSEJO SOBRE LOS CONSEJOS

Ya sea por oros, copas, espadas o bastos, llevamos más de tres años sin un mal Consejo de Barrio que echarnos a la boca y ya va siendo hora, que hace un hambre que pela. Disponemos de un nuevo Reglamento de Participación Ciudadana; de momento, virgen y por lo que se intuye, mártir; que contempla la creación y funcionamiento de dos estructuras de Participación fundamentales para que la sufrida ciudadanía pueda entrar a tomar parte, en el ámbito consultivo, de las decisiones que le afectan directamente: Los Consejos de Barrio y el Consejo de la Ciudad.

Pero, todo hay que decirlo, hay que reconocerle a la Delegación de Participación Ciudadana, con Carmen Duque a la cabeza, el empeño y extremo celo aplicados para que el asunto salga bien. De entrada, a las personas que deseen incorporarse a los Consejos, como representantes de asociaciones, se les ha pedido que presenten un certificado que acredite que carecen de antecedentes penales porque, no nos engañemos, todo el mundo sabe que las entidades vecinales son un vivero de delincuentes de diferente calaña que utilizan estos foros para medrar y conseguir informaciones de vital importancia para sus actividades fuera de la ley.

Tengo entendido que el Ayuntamiento ha editado miles de ejemplares del Reglamento de marras y que, además, se ha enviado a las asociaciones con el noble fin de que se lo estudien. Lo que me parece algo exagerado es que la señora Duque (no duquesa que es otra cosa), sin duda influida por su estrecha relación con la docencia, pretenda someter a un examen a los representantes ciudadanos y, de ahí, su tardanza para ponerlo en marcha. Piénselo bien, señora Duque, no será mejor tenerles a todos recogidos en los Consejos, antes de que estén por ahí delinquiendo.

Se acerca la fecha del primer aniversario de la publicación en el BOCM del dichoso Reglamento y la primera velita de la tarta la va soplar Carmen Duque, ella solita. Se da la paradoja de que es una tarta que está mucho más rica, jugosa, dulce y sabrosa cuantas más porciones se repartan.

Dicen las malas lenguas que el miedo es libre pero, de verdad, cuanto más tiempo se retrase la puesta en marcha de los Consejos de Barrio, más brusco y escandaloso será el aterrizaje y ya sabemos lo sensibilizada que está la población de Getafe con eso de la huella sonora.

No hay comentarios: