jueves, 25 de diciembre de 2008

PEQUEÑO CATÁLOGO DE INOCENTADAS


Es tradición por estos lares emplear el día 28 de diciembre en demostrar a los demás nuestra existencia en forma de divertidas bromas, chanzas, algarazas o burlas que nos recuerden nuestra condición de seres humanos de natural inocencia (en el aspecto pasivo) o de desbordante ingenio (en el aspecto activo). Dicen los que saben de esto, que de todo hay, que la diferencia entre broma y putada radica en la dosis de divertimento de quien la sufre aunque, cuando el asunto se desata, ya no reparemos en sutilezas y vayamos al “Cuanto más gorda, mejor”.

Como la fecha se acerca peligrosamente y corremos el riesgo de vernos inermes ante esos cabrones que todos tenemos cerca, he preparado un somero catálogo de bromillas desprovistas de toda maldad, para que dispongamos de cierta capacidad de respuesta ante los desafíos, cuando no, abiertas provocaciones, a los que, sin ningún tipo de duda, nos veremos sometidos.

Modo escatológico (un clásico):

- Levantar la tapa y la tabla del inodoro y colocar una capa de film transparente que cubra toda la superficie de la taza, procurando que quede bien tensa de modo que ninguna arruga delate su presencia. Bajar nuevamente la tabla y la tapa y esperar que la naturaleza siga su curso. Se aconseja tener a mano el cubo y la fregona.

- Seguramente hayamos visto en alguna ocasión, en los puestos de artículos de broma, unas chapitas dentro de una pequeña caja que dicen que simulan el ruido de cristales rotos y es cierto. El procedimiento aconsejado es el siguiente: Esperamos a que el dueño/a de la casa vaya al baño, dejamos transcurrir unos 15 segundos de modo que la micción no tenga marcha atrás, gritamos el nombre de algún niño que haya por la casa y tiramos con estrépito las mencionadas chapitas. En cuestión de segundos aparecerá nuestro objetivo con una sospechosa mancha de humedad en los pantalones.

- Si alguien nos cae verdaderamente mal y le tenemos muchas ganas, tenemos la venganza al alcance de la mano en forma de unas gotitas de laxante líquido vertido en el café o la copa. El efecto no será inmediato pero si implacable. Siempre se le puede echar la culpa al socorrido garrafón.

Modo automoción:

- Quitar con disimulo las llaves del coche a nuestro objetivo, con una excusa salir raudo y cambiarlo de sitio, dejándolo fuera de la vista, devolver las llaves discretamente y esperar agazapado a que el propietario vaya a recogerlo. La cara, gestos, aspavientos, dudas y, por fin, las maldiciones que proferirá harán las delicias de grandes y pequeños.

- Hacerse con un puñado de globos pequeños, de los de agua y colocarlos en los tubos de escape de los coches aparcados en el garaje de la empresa. A la hora de la salida, aquello parecerá Valencia en plenas Fallas.

- Si alguien nos cae verdaderamente mal y le tenemos muchas ganas, tenemos la venganza al alcance de la mano con la ayuda de cuatro granos de arroz que colocaremos en cada una las válvulas de las cuatro ruedas de su coche. Volveremos a enroscar el tapón de plástico y éste presionará al grano que se alojará en el interior de la válvula haciendo que el aire vaya saliendo poco a poco. Al cabo de un rato los neumáticos estarán vacíos y apoyados en la llanta. Además, el propietario se llevará una alegría al comprobar que las ruedas no están pinchadas ni rajadas.

Modo aseado:

- Introducirse en el baño de la víctima armado con un frasco de Betadine que vaciaremos en el del champú, lo agitaremos bien para que emulsione y lo volveremos a colocar en su sitio. A la mañana siguiente, nuestro desdichado inocente mostrará una cabellera de un atractivo color panzaburra completamente irresistible.

- En todas las grandes superficies existe un stand en el que se pueden adquirir pequeños frasquitos de colorantes alimentarios concentrados. Una vez elegido un color y con la ayuda de una jeringuilla, lo inyectaremos en la pasta de dientes (que últimamente son de colores, lo que facilita el truco) y confiaremos en los hábitos higiénicos de nuestro objetivo que, probablemente, se tire las siguientes 24 horas sin sonreír.

Modo gastronómico:

- En estas fechas, en todas las secciones de juguetería de los grandes almacenes, hay cocinitas infantiles que, como accesorios, llevan diferentes imitaciones plásticas de gran calidad de distintos alimentos (embutidos, quesos, marisco, etc.) que colocaremos sobre rebanadas de pan y/o en platos para agasajar a nuestras visitas y que tratarán de escupir disimuladamente para no ser los únicos que piquen. Divertido.

Modo alarma social:

- Aparatoso pero impactante. En la rotonda del avión, junto a la Pza. de Pinto, se construye, ante el morro del mismo, un andamio que se cubrirá de lonas que simulen un rascacielos. Se sienta uno en un banco de la plaza y se deleita con las caras de los viandantes. Esta broma tiene el inconveniente de ser muy trabajosa y debe construirse la noche anterior con el consiguiente riesgo de denuncias.


Hay muchísimas más pero tampoco es cosa de convertir a honrados ciudadanos en delincuentes habituales.


Suerte.



3 comentarios:

BARBALTA dijo...

Feliz navidad

Anónimo dijo...

Estimado compañero y amigo, conociendote estoy contento de no haber pasado junto a ti, tan preciado día. Contento porque sui hay un cabroncete cerca, siempre ese eres tu. Todas las cositas que nos cuentas en tu comentario, seguramente te las han contado verdad?. De cualquier forma, es pero que no estes resacoso y no nos la lies esta tarde, un abazo compi. Ahhh!!, he leído una oticia esta mañana que seguro te interesa saber, al parecer, un grupo de trabajadores y tranbajadoras de un hotel en Cadiz, han pedido la baja voluntaria de empleo y sueldo durante los días 1,2,3,4 y 5 de Enero, se les ha preguntado el porque de la situación y la unica contestación que ellos y ellas dan es "por la presumible CARGA de trabajo que se espera tener esos días y porque no garantizan aguantar algunas imagenes que no puedan borrar de sus memorias durante mucho tiempo". Yo no lo entiendo, pero se que tú y debido a tu "capacidad" seguro que si. Un saludo amigo

Dr. De Luna dijo...

Estimado y nunca bien ponderado amigo "Vio", sólo una cosa que decir:

El miedo guarda la viña.

Respecto a lo de Cádiz, qué mala es la envidia