sábado, 24 de enero de 2009

LA PLAZA ROJA


Me hubiera gustado que prosperara la iniciativa de IU de cambiar el nombre de la Plaza General Palacio por la de Plaza Roja, nombre por el que se la conocía no sólo en Getafe sino en toda la zona sur. Parece ser que el mentado general, que ya lleva también a su nombre la avenida, no era el militar franquista filo nazi que cometió sus mayores tropelías en la División Azul sino otra persona que vivió entre el último cuarto del siglo XIX y la primera mitad del XX. Pues muy bien.

A mí la iniciativa me ha parecido fantástica y no debería olvidarse en virtud del recuerdo de unos momentos vitales, de una memoria histórica que ha marcado la vida de, al menos, dos generaciones de conciudadanos. El Movimiento Obrero, en contraposición con el otro Movimiento, el Inmovilista; vivió su época de mayor ebullición en Getafe y la Plaza era el habitual lugar de encuentro, de reivindicación, de consignas contra el régimen, de color rojo con impotentes pero violentas oleadas de gris, de palos, de carreras, de pelotas de goma, de pedradas, de lecheras, de humo, de militancia, de encierros en las iglesias, de compromiso y solidaridad con los maltratados por las últimas bocanadas de azufre que despedía el dictador.

Me pongo a recordar y no paro: Las huelgas de C.A,S.A., de Uralita, de Tractores (John Deere), de Neveras (Kelvinator), de Chrysler (luego de Talbot), de Wafios, de apoyo a los trabajadores de las pequeñas empresas del polígono, las huelgas de estudiantes, ...

Recuerdo las barricadas improvisadas con los escombros de la antigua fábrica de Electroplast, precisamente en la avenida del dichoso general. Recuerdo la bendición que supuso la instalación de aquellos primeros y pesadísimos contenedores de basura en chapa que, una vez volcados, hacían falta varios “grises” para quitar de en medio y de esa forma nos daba unos minutos de tregua para coger aire (joder cómo corrían los cabrones). Recuerdo las asambleas, a última hora de la tarde, en el salón de actos del instituto. Recuerdo las cajas de resistencia, llevar los productos del economato a la iglesia de San Sebastián para su posterior distribución a las familias de los huelguistas...

Lo dicho, recuerdo y no paro y, creo, no seré el único al que le vengan nítidamente esas imágenes de la época más apasionante de nuestra vida. Por eso me hubiera gustado, aunque no pierdo la esperanza de que algún día... Será nuestro día.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

"voto, voto, voto a los 18", la joven guardia roja, ¡qué época más emocionante! ¡cómo se vivía la política entonces, cómo se sentía...qué montón de ilusiones! Además, supongo que como en muchos de nuestra generación , coincidía con la adolescencia y con esa explosión de los sentidos...
Doctor, doctor, algún ungüento o algún brebaje para no recordar con tanta vehemencia aquella apasionada época.
¡Por la cándida adolescencia! chin, chin

Dr. De Luna dijo...

Chin, Chin

Anónimo dijo...

y en que nos hemos convertido, en sevilismo del ladrillo, donde se queda la plza roja, que tantas batallas libró, algunos sino todos que ahora viven de puta madre, hogadamente y que esta crisis, no les hace ni cosquillas, mientras muchos quedamos por el camino, y cambiamos claro que cambiamos no nos queda más remedio, si en algo nos valoramos, recuerdo una ocasión en la que cantaba Quintin Cabrera en la casa de la cultura y nos dice que no canta porque había una manifestacion de Casa allí qu nos fuimos y cuando acabó pudimos escucharle cantar, donde se que da todo eso, ¿donde están los rojos? donde la Izquierda, solo queda lo que los políticos que apoyamos los de izquierdas nos han dejado Cemento.

Dr. De Luna dijo...

¿Y por qué os habéis convertido en serviles del ladrillo?

Algunos ya seríamos incapaces de correr, no por connivencia con el poder o puro acomodo sino por una mera incapacidad física. Sea como fuere, si vienes a la próxima manifestación, concentración o movilización de cualquier tipo, nos saludaremos.

Queda muy pintón lo de ser crítico de salón y luego no mover un dedo...