domingo, 21 de junio de 2009

LA RAVE DE ROUCO EN EL CERRO


Normalmente, cuando alguien decidía romper la baraja, no aceptar lo establecido e iniciarse por la senda de la rebeldía, se decía:  Fulanito se ha echado al monte.  La Iglesia española, tan corta de miras como anémica de valores (no bursátiles), en consonancia con sus limitaciones, se ha echado al cerro. 

 

O cómo definir entonces la Rave que han organizado en el Cerro de los Ángeles…

 

Ellos se lo han perdido, no me han considerado digno de pertenecer a la élite de 3000 privilegiados que, vestidos con sus mejores galas, han asistido a la fiesta.  Con el juego que doy cuando empieza a correr el vino (consagrado, por supuesto, pero con igual carga etílica).  Reconozco que sería un aficionado entre profesionales.

 

Algún infiltrado que se coló me ha informado con pelos y señales:  Desbarre total.

 

Tal cantidad de sotanas moviéndose al unísono al ritmo de la música, recordaba un concierto de Los Inhumanos.  Los DJ’s situados a los lados marcaban el frenético ritmo de los abanicos hipnotizando a la masa que respondió, timorata al principio, pero como un solo hombre según avanzaba la fiesta.

 

El mantra más repetido: Cañizares se va para Roma.  Toma, toma, toma.

 

Mirando los gestos, ropas y edades de los raveros, el asunto estaba claro, mi espía me lo contó:  Estos van todos de pastillas hasta el culo.  Incluso alguno se pasó de dosis y con el rollo de seguir la marcha acabaron perdiendo el conocimiento (el poco que les quedara) y cayeron rodando ladera abajo.

 

Las hostias llevaban pintados dos ojos y una sonrisa.  Sospechoso ¿verdad?

 

El momento cumbre fue cuando a Martítez el Facha, digo Camino, le hicieron la cebolla y lo cosieron a sardinetas en ese culito blancucho y pelado.  Rápido aparecieron con mangueras de agua y, al grito de: Concurso de hábitos mojados.  Las monjas fueron desfilando una a una por el escenario.  ¡Total!

 

La putada es que a la salida no se hicieron controles de alcohol y estupefacientes.

 

Si a la Iglesia le da por meterse en cuestiones políticas, sociales y morales de quienes no creemos en ellos.  Inventando y atribuyendo barbaridades asquerosas sin cuento cada vez que algo se resiste a pasar por su aro intocable. ¿Por qué coño no vamos a poder nosotros hacer lo mismo con ellos y sus movidas?

 

Espero que, por lo menos, les hayan aplicado la Ley Antibotellón.  Es lo mínimo.




1 comentario:

Anónimo dijo...

peor fue lo de los bocatas: Jamón patanegra