
Normalmente, cuando alguien decidía romper la baraja, no aceptar lo establecido e iniciarse por la senda de la rebeldía, se decía: Fulanito se ha echado al monte. La Iglesia española, tan corta de miras como anémica de valores (no bursátiles), en consonancia con sus limitaciones, se ha echado al cerro.
O cómo definir entonces la Rave que han organizado en el Cerro de los Ángeles…
Ellos se lo han perdido, no me han considerado digno de pertenecer a la élite de 3000 privilegiados que, vestidos con sus mejores galas, han asistido a la fiesta. Con el juego que doy cuando empieza a correr el vino (consagrado, por supuesto, pero con igual carga etílica). Reconozco que sería un aficionado entre profesionales.
Algún infiltrado que se coló me ha informado con pelos y señales: Desbarre total.
Tal cantidad de sotanas moviéndose al unísono al ritmo de la música, recordaba un concierto de Los Inhumanos. Los DJ’s situados a los lados marcaban el frenético ritmo de los abanicos hipnotizando a la masa que respondió, timorata al principio, pero como un solo hombre según avanzaba la fiesta.
El mantra más repetido: Cañizares se va para Roma. Toma, toma, toma.
Mirando los gestos, ropas y edades de los raveros, el asunto estaba claro, mi espía me lo contó: Estos van todos de pastillas hasta el culo. Incluso alguno se pasó de dosis y con el rollo de seguir la marcha acabaron perdiendo el conocimiento (el poco que les quedara) y cayeron rodando ladera abajo.
Las hostias llevaban pintados dos ojos y una sonrisa. Sospechoso ¿verdad?
El momento cumbre fue cuando a Martítez el Facha, digo Camino, le hicieron la cebolla y lo cosieron a sardinetas en ese culito blancucho y pelado. Rápido aparecieron con mangueras de agua y, al grito de: Concurso de hábitos mojados. Las monjas fueron desfilando una a una por el escenario. ¡Total!
La putada es que a la salida no se hicieron controles de alcohol y estupefacientes.
Si a la Iglesia le da por meterse en cuestiones políticas, sociales y morales de quienes no creemos en ellos. Inventando y atribuyendo barbaridades asquerosas sin cuento cada vez que algo se resiste a pasar por su aro intocable. ¿Por qué coño no vamos a poder nosotros hacer lo mismo con ellos y sus movidas?
Espero que, por lo menos, les hayan aplicado la Ley Antibotellón. Es lo mínimo.
1 comentario:
peor fue lo de los bocatas: Jamón patanegra
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