martes, 30 de septiembre de 2008

GAME OVER, INSERT COIN


Cuenta una leyenda urbana que, a finales de los años cincuenta, estaba Franco pescando sus famosos salmones cuando pisó una piedra húmeda, resbaló y cayó al río en una zona profunda, el dictador, sin soltar la caña, empezó a bracear con desesperación y desde ambas orillas del río saltaron a su rescate un guardia civil y un gitano, entre los dos auxiliaron al pescador zozobrante y lo sacaron a la orilla. Cuando Franco se repuso fue a mostrar su agradecimiento a los salvadores y le ofreció al gitano concederle cualquier deseo que le pidiera, con una condición, le daría el doble al guardia civil. El gitano lo pensó unos momentos e, inmediatamente pidió que le sacaran un ojo...

Algo parecido debió sucederle a un congresista republicano que, aunque la caída de la Bolsa lo estaba arruinando, ayer votó en contra del plan de Bush para salvar el sistema financiero. A la pregunta del por qué de su voto respondió que se empieza por socializar las pérdidas y se termina por socializar los beneficios y que eso, jamás.

Puestos a buscarle soluciones creativas y eficaces, me atrevería a sugerirle a George W. Bush, que en materia económica no ha llegado más allá de los Cuadernillos Rubio, que consulte con su vicepresidente Dick Cheney ya que, desde Halliburton, cuenta con unos activos de billones (con be y en plural) de dólares conseguidos gracias a la destrucción de Irak, la reconstrucción de Irak y el expolio de sus pozos petrolíferos. Que la guerra se ha hecho para algo.

Hubo quienes se lanzaron a una vorágine especulativo-financiera, que rallaba en estafa, alimentados por la mala baba derivada de la caída del Muro de Berlín. Ahora la caída de otro muro (Wall Street) ¿Se podría considerar justicia histórica?

Decía Churchill que los Americanos siempre tomaban la decisión correcta, después de agotar el resto de posibilidades. Que sigan a lo suyo.

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