Estamos asistiendo con estupefacción a las manifestaciones de determinados personajes o personajillos de relativa relevancia pública (actores, deportistas, etc) que se alinean abiertamente con tesis de la ultra derecha más recalcitrante y reaccionaria: Fascista o nazi. Es una situación que, aunque en Estados Unidos llevaba ya tiempo produciéndose, en Europa es completamente nueva desde el fin de la Segunda Guerra Mundial y no estaría de más hacer un breve repaso histórico a los hechos que se sucedieron en el primer tercio del siglo pasado y condujeron a la contienda más grave que ha sufrido la humanidad.
El fin de la Primera Guerra Mundial, como, recientemente, el fin de la Guerra Fría provocó una espiral especulativa que fue engordando artificialmente hasta colapsar en 1929, producto del circulo vicioso, repetido hasta la saciedad, en forma de préstamos bancarios pedidos para invertir en Bolsa, obtener una alta rentabilidad y volver a invertir. El Crac Bursátil de entonces guarda un mimético paralelismo, salvando las épocas, con la Crisis Financiera que se cierne sobre nuestras cabezas ¿Verdad?
En Italia, la dictadura fascista de Mussolini se agudizó salvajemente, como consecuencia de la crisis. En nuestros días, el fascismo de paisano de Berlusconi, va adoptando, prenda a prenda de nuevo, los ropajes xenófobos, racistas, autoritarios y desvergonzados que están minando sin descanso el estado de derecho que debe gobernar los actos de cualquier democracia que se precie. Se empieza con los inmigrantes, se sigue con los gitanos... ¿Nos suena?
Austria ostenta el dudoso honor de ser el lugar de nacimiento de Hitler y, como en los años 30, está viviendo un más que preocupante resurgir del nazismo en forma de partidos para los que el termino Ultra Derecha resulta benévolo. La crisis internacional, consecuencia de 1929, fue la que aupó (democráticamente) a Hitler al poder en 1931. En las elecciones del mes pasado los partidos neo nazis lograron el 30 % de los votos y el Partido Conservador tiene tentaciones de coaligarse con ellos para gobernar ¿La historia se repite?
El afán expansionista de Japón, de finales del siglo XIX y las 4 primeras décadas del XX ha sido sustituido por una agresiva política comercial, sin embargo, Asia no está libre de grandes tensiones, que se han trasladado a la zona central y sur en forma de brutal irrupción de un Islamismo radical (alimentado generosamente por Reagan en los 80’) que, si bien no hay peligro de alianzas con los ultras europeos, al contrario, se odian; constituyen un importante foco de violencia internacional en dos frentes: Terrorismo, tanto en su suelo como en países occidentales, con un resultante reaccionario por la parte ultra y, nada desdeñable también, la posesión de armas nucleares estratégicas que, en manos nada deseables (ninguna lo es) son una amenaza cierta al modelo de sociedad que conocemos.
El modelo social de Estados Unidos propugnado por la América Profunda merece un capítulo aparte y, sus reacciones ante tiempos de crisis, son desgraciadamente calcadas a las producidas en la década de los 30: Involución social, radicalismo religioso y resurgir del germen nazi.
Está muy bien, es lógico y hasta natural, estar preocupados por nuestros problemas cotidianos pero convendría no descuidar la deriva que va adquiriendo la situación geopolítica internacional y no me refiero a ese brindis al sol llamado Alianza de Civilizaciones.
El fin de la Primera Guerra Mundial, como, recientemente, el fin de la Guerra Fría provocó una espiral especulativa que fue engordando artificialmente hasta colapsar en 1929, producto del circulo vicioso, repetido hasta la saciedad, en forma de préstamos bancarios pedidos para invertir en Bolsa, obtener una alta rentabilidad y volver a invertir. El Crac Bursátil de entonces guarda un mimético paralelismo, salvando las épocas, con la Crisis Financiera que se cierne sobre nuestras cabezas ¿Verdad?
En Italia, la dictadura fascista de Mussolini se agudizó salvajemente, como consecuencia de la crisis. En nuestros días, el fascismo de paisano de Berlusconi, va adoptando, prenda a prenda de nuevo, los ropajes xenófobos, racistas, autoritarios y desvergonzados que están minando sin descanso el estado de derecho que debe gobernar los actos de cualquier democracia que se precie. Se empieza con los inmigrantes, se sigue con los gitanos... ¿Nos suena?
Austria ostenta el dudoso honor de ser el lugar de nacimiento de Hitler y, como en los años 30, está viviendo un más que preocupante resurgir del nazismo en forma de partidos para los que el termino Ultra Derecha resulta benévolo. La crisis internacional, consecuencia de 1929, fue la que aupó (democráticamente) a Hitler al poder en 1931. En las elecciones del mes pasado los partidos neo nazis lograron el 30 % de los votos y el Partido Conservador tiene tentaciones de coaligarse con ellos para gobernar ¿La historia se repite?
El afán expansionista de Japón, de finales del siglo XIX y las 4 primeras décadas del XX ha sido sustituido por una agresiva política comercial, sin embargo, Asia no está libre de grandes tensiones, que se han trasladado a la zona central y sur en forma de brutal irrupción de un Islamismo radical (alimentado generosamente por Reagan en los 80’) que, si bien no hay peligro de alianzas con los ultras europeos, al contrario, se odian; constituyen un importante foco de violencia internacional en dos frentes: Terrorismo, tanto en su suelo como en países occidentales, con un resultante reaccionario por la parte ultra y, nada desdeñable también, la posesión de armas nucleares estratégicas que, en manos nada deseables (ninguna lo es) son una amenaza cierta al modelo de sociedad que conocemos.
El modelo social de Estados Unidos propugnado por la América Profunda merece un capítulo aparte y, sus reacciones ante tiempos de crisis, son desgraciadamente calcadas a las producidas en la década de los 30: Involución social, radicalismo religioso y resurgir del germen nazi.
Está muy bien, es lógico y hasta natural, estar preocupados por nuestros problemas cotidianos pero convendría no descuidar la deriva que va adquiriendo la situación geopolítica internacional y no me refiero a ese brindis al sol llamado Alianza de Civilizaciones.
1 comentario:
Es la desgracia del totalitarismo, que se acerca con lisonjas, y no avisa con gritos, que ya llegan después, cuando es demasiado tarde. Sólo cabe estar alerta, y obviar el silencio cómplice.
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